jueves, 30 de diciembre de 2010

Las neuronas y su funcionamiento


Las neuronas y su funcionamiento


El cerebro humano está formado por miles de millones de neuronas. Cada una tiene un cuerpo, axón, y muchas dendritas. El cuerpo de las células contiene un núcleo, que controla las actividades de toda la célula y de varias otras estructuras que cumplen funciones específicas. El axón, que es mucho más angosto que un cabello humano, se expande hacia el exterior del cuerpo de la célula y transmite mensajes a otras neuronas. A veces, los mensajes tienen que desplazarse grandes distancias (¡hasta 5 pies!). Las dendritas también se ramifican o extienden del cuerpo de las células. Reciben mensajes de los axones de otras células nerviosas. Cada célula nerviosa está conectada a miles de otras células nerviosas a través de sus axones y dendritas. Las neuronas están rodeadas por lascélulas gliales, que las apoyan, protegen y nutren.
Los grupos de neuronas en el cerebro tienen trabajos especiales. Por ejemplo, algunos se relacionan con el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Otros se encargan de la recepción de la información sensorial. Otros se comunican con los músculos, estimulándolos a la acción.
Son varios los procesos que tienen que funcionar en conjunto y sin tropiezos para que las neuronas sobrevivan y permanezcan saludables. Estos procesos son la comunicación, el metabolismo y la reparación.

Comunicación: El envío de millones de mensajes por segundo

Las neuronas
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Imagine los cables de telecomunicación que funcionan en nuestras calles. Todo el día y la noche, millones de llamadas telefónicas pasan a través de cables de fibra óptica a velocidades increíbles, dejando que las personas hagan negocios, den instrucciones, se rían, o se enteren de algunas noticias. Multiplique eso por cientos de veces y eso es el cerebro. Las neuronas son grandes comunicadoras, siempre en contacto con sus vecinos.
A medida que una neurona recibe mensajes de las células que la rodean, una carga eléctrica, o impulso nervioso, se acumula. Esta descarga se desplaza hacia la parte baja del axón hasta que llega al final. Aquí, se desencadena la liberación de mensajeros químicos llamados neurotransmisores, que se mueven desde el axón hacia las dendritas o los cuerpos de otras neuronas a través de un espacio diminuto. Una neurona típica tiene hasta 15 mil de estos espacios diminutos o sinapsis. Después de que pasan a través de las sinapsis, los neurotransmisores se unen a receptores específicos en el extremo receptor de las dendritas de las neuronas vecinas. También pueden unirse directamente a los cuerpos de las células.
Una vez que los receptores se activan, abren canales a través de la membrana de las células hacia el interior del nervio receptor de la célula, o comienzan otros procesos que determinan cuál será el siguiente paso del nervio receptor. Algunos neurotransmisores inhiben la función de las células nerviosas (o sea, hacen que sea menos probable que la célula del nervio envíe una señal eléctrica hacia el axón). Otros neurotransmisores estimulan las células nerviosas; preparan la célula receptora para tornarse activa o enviar una señal eléctrica a través del axón a otras neuronas que se encuentran en el mismo camino.
En cualquier momento, millones de estas señales pasan rápidamente por las vías en el cerebro, permitiéndole recibir y procesar la información, hacer ajustes y dar instrucciones a diversas partes del cuerpo. Si las neuronas se desconectan, se enferman y podrían morir.

Metabolismo: Convertir productos químicos y nutrientes en energía para mantener las neuronas en funcionamiento

El metabolismo es el proceso mediante el cual las células y las moléculas procesan productos químicos y nutrientes para generar energía y formar elementos fundamentales que fabrican moléculas celulares nuevas, como las proteínas. El metabolismo eficaz necesita suficiente sangre circulando para proveer a las células con oxígeno y glucosa, un tipo de azúcar. La glucosa es la única fuente de energía generalmente disponible para el cerebro. Sin oxígeno o glucosa, las neuronas no pueden sobrevivir.
las neuronas de ratas jóvenes y ancianas
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Esta figura muestra las neuronas de ratas jóvenes y ancianas en reposo y con aumento de la duración de la estimulación. Cuando las neuronas son estimuladas, aumenta el metabolismo. Las neuronas estimuladas de las ratas jóvenes mantienen el calcio dentro de los niveles normales. Las ratas más viejas no pueden hacer esto. Altos niveles de calcio en las neuronas viejas pueden hacerlas susceptibles a la disfunción y la muerte. La escala de color es un índice del calcio celular donde el color rojo indica los niveles más altos.

Reparación: Mantener las neuronas de larga vida en buenas condiciones de funcionamiento

A diferencia de la mayoría de las células que tienen una duración de vida bastante corta, las células nerviosas que se generan en el feto o poco tiempo después del nacimiento viven mucho tiempo. Las neuronas cerebrales pueden vivir hasta 100 años o más. En un adulto, cuando las neuronas mueren debido a enfermedades o lesiones, por lo general no son reemplazadas. La investigación reciente, sin embargo, indica que en algunas regiones cerebrales pueden nacer neuronas nuevas, aun en un cerebro viejo.
Para evitar su propia muerte, las neuronas vivientes deben mantenerse y renovarse constantemente. Si la limpieza y la reparación de las células se vuelven más lentas o se detienen por cualquier motivo, la célula nerviosa no funciona bien y con el tiempo, muere.
los efectos del ejercicio
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Esta figura muestra los efectos del ejercicio sobre los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (brain-derived neurotrophic factor o BDNF, por su sigla en inglés) en el hipocampo de las ratas. Los factores de crecimiento como el BDNF ayudan a muchas neuronas a sobrevivir. Los niveles del mensaje que hace el BDNF son mucho mayores en las ratas que ejercitan (A) que en las que no (B). El ejercicio puede beneficiar la salud de las neuronas sanas en las ratas al provocar que las neuronas fabriquen un BDNF más seguro. Los colores rojo y amarillo indican los niveles más altos de BDNF, mientras que el verde y el azul indican el más bajo.

Placas y nudos: Los sellos particulares de la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer interrumpe cada uno de los tres procesos que mantienen las neuronas saludables: la comunicación, el metabolismo y la reparación. Esta interrupción causa que ciertas células nerviosas que se encuentran en el cerebro interrumpan su función, pierdan las conexiones con otras células nerviosas, y por último, mueran. La destrucción y la muerte de las células nerviosas provocan una falla en la memoria, cambios de personalidad, problemas para llevar a cabo las actividades diarias y otras características de la enfermedad.
Los cerebros de los pacientes con Alzheimer tienen una abundancia de dos estructuras anormales—las beta-amiloideas y los nudos neurofibrilares. Esto es especialmente cierto en aquellas regiones del cerebro importantes para la memoria. Las placas son densas, principalmente depósitos insolubles (que no pueden disolverse) de proteína y de material celular acumulados afuera y alrededor de las neuronas. Los nudos son fibras retorcidas insolubles que se acumulan dentro de la célula nerviosa. A pesar de que muchas personas mayores desarrollan placas y nudos, los cerebros de los pacientes de Alzheimer los tienen en un grado mucho mayor. Los científicos han sabido de la formación de estas placas y nudos por muchos años, pero investigaciones recientes han revelado mucho más acerca de lo que los componen, cómo se forman y de sus roles en la enfermedad de Alzheimer. 

Dentro del cerebro humano


Los tres actores principales

  • Los hemisferios del cerebro constituyen el 85 por ciento del peso del cerebro. Las miles de millones de neuronas en los dos hemisferios están conectadas por un espeso manojo de nervios llamado cuerpo calloso. Los científicos piensan que los dos hemisferios difieren no tanto en lo que se enfocan (la idea de “lo lógico” frente a “lo artístico”), sino en cómo procesan información. El hemisferio izquierdo parece centrarse en los detalles (tales como reconocer una cara particular en una multitud). El hemisferio derecho se centra en generalidades (tales como comprender la posición relativa de objetos en el espacio). Los hemisferios cerebrales tienen una capa exterior llamada corteza cerebral. Aquí es donde el cerebro procesa la información sensorial recibida del mundo exterior, controla los movimientos voluntarios y regula el pensamiento consciente y la actividad mental.
  • El cerebelo cubre un poco más del 10 por ciento del cerebro. Está a cargo del equilibrio y de la coordinación. El cerebelo también tiene dos hemisferios que siempre están recibiendo información de los ojos, oídos, músculos y articulaciones acerca de los movimientos y la posición del cuerpo. Una vez que el cerebelo procesa esta información, ésta viaja a través del resto del cerebro y la médula espinal para emitir instrucciones al cuerpo. El trabajo del cerebelo nos permite caminar sin tropiezos, mantener nuestro equilibrio y dar la vuelta sin tener que pensar para hacerlo.

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  • El tallo cerebral está ubicado en la base del cerebro. Conecta la médula espinal con el resto del cerebro. Aunque es el más pequeño de los tres actores principales, sus funciones son cruciales para la supervivencia. El tallo cerebral controla las funciones automáticas que nos mantienen vivos—nuestra frecuencia cardiaca, la presión arterial y la respiración. También retransmite la información entre el cerebro y la médula espinal, que luego emite mensajes a los músculos, la piel y a otros órganos. El descanso y el sueño también son controlados por el tallo cerebral.


Otras partes cruciales

Existen otras partes esenciales del cerebro que están ubicadas en el interior de los hemisferios:
  • El sistema límbico—o visceral—vincula el tallo cerebral con elementos de alto razonamiento de la corteza cerebral. Controla las emociones y el comportamiento instintivo. También es donde está ubicado el sentido del olfato.
  • El hipocampo es parte importante del proceso de aprendizaje y de la memoria a corto plazo. Se considera como la parte del cerebro donde los recuerdos a corto plazo se transforman en recuerdos a largo plazo, para luego ser almacenados en otras áreas del cerebro.
  • El tálamo recibe la información sensorial y límbica, la procesa, y luego la envía a la corteza cerebral.
  • El hipotálamo es una estructura bajo el tálamo que vigila las actividades como la temperatura corporal y el consumo de alimentos. Da instrucciones para corregir cualquier desajuste. El hipotálamo también controla el reloj interno del cuerpo.

El cerebro en acción

Nuevas técnicas de imaginología permiten a los científicos vigilar la función cerebral en las personas vivas. Esto ha abierto mundos de conocimiento acerca de la función cerebral normal y cómo cambia con la edad o con las enfermedades.
Una de estas técnicas se llama tomografía por emisión de positrones, o TEP de exploración (PET, sigla en inglés). La PET mide el flujo sanguíneo y metabolismo de la glucosa en todo el cerebro (para más información sobre el metabolismo vea la secciónLas neuronas y su funcionamiento). Cuando las células nerviosas de una región del cerebro se activan, el flujo sanguíneo y elmetabolismo aumentan en esas regiones. Estos aumentos se ven generalmente como colores rojos y amarillos en una PET. Las sombras azules y negras indican una disminución o falta de actividad dentro de una región cerebral. Esencialmente, una PET produce un “mapa” del cerebro activo.
Los científicos usan las exploraciones de la PET para ver lo que sucede en el cerebro cuando una persona realiza una actividad física o mental, descansa, duerme o sueña. Los científicos también pueden inyectar productos químicos marcados con un rastreador que se encenderá durante las PET. Estos rastreadores pueden seguir la actividad de los productos químicos cerebrales, por ejemplo los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. Algunos de estos neurotransmisores se alteran con la edad, enfermedades y medicamentos.
Escuchando palabras
Diciendo palabras
Viendo palabras
Pensando en palabras
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El cerebro envejecido

A medida que una persona envejece, se producen cambios en todas las partes del cuerpo, incluyendo el cerebro:
  • Algunas neuronas se encogen, especialmente las más grandes en áreas importantes para el aprendizaje, la memoria, la planificación y otras actividades mentales complejas.
  • Los nudos y las placas se desarrollan en las neuronas y en las áreas circundantes, sin embargo en cantidades mucho más pequeñas que cuando una persona tiene Alzheimer (para más información refiérase a la sección Las placas amiloideas).
  • El daño ocasionado por los radicales libres aumenta (los radicales libres son una clase de molécula que reacciona fácilmente con otras moléculas para más información sobre estas moléculas refiérase a la sección Daño oxidativo de los radicales libres).
¿Cuál es el impacto de estos cambios? Las personas mayores sanas pueden notar una disminución moderada en la capacidad de aprender cosas nuevas y recordar información, como por ejemplo, recordar nombres. Igualmente, pueden llevar a cabo de manera deficiente tareas complejas relacionadas con la atención, el aprendizaje y la memoria. Sin embargo, si se les da el tiempo suficiente para cumplir este tipo de tareas, el puntaje de las personas sanas con edades entre 70 y 80 años es a menudo el mismo que el de los adultos más jóvenes. A medida que estas personas envejecen, los adultos a menudo mejoran su vocabulario y otros tipos de conocimiento verbal. 

¿Qué es y cómo funciona el pensamiento?

efinición de pensamiento

Existe tal cantidad de aspectos relacionados con el pensamiento, que dar una definición resulta difícil. De las muchas definiciones que podrían darse, algunas de ellas lo consideran como una actividad mental no rutinaria que requiere esfuerzo, o como lo que ocurre en la experiencia cuando un organismo se enfrenta a un problema, lo conoce y lo resuelve. Podríamos también definirlo como la capacidad de anticipar las consecuencias de la conducta sin realizarla.
El pensamiento implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los mecanismos de memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, etc. Es una experiencia interna e intrasubjetiva. El pensamiento tiene una serie de características particulares, que lo diferencian de otros procesos, como por ejemplo, que no necesita de la presencia de las cosas para que éstas existan, pero la más importante es su función de resolver problemas y razonar

Funcionamiento de la mente humana

El concepto de mente ha ido cambiando considerablemente a lo largo de la historia. El médico francés La Mettrie fue el primero que concibió la mente como algo completamente material, el cerebro, provisto de una serie de células (neuronas), que interconexionadas entre sí hacían funcionar a esa masa física que es el cerebro. Esta idea dio lugar a principios del siglo XX, a los modelos de procesamiento de la información, que pretendían establecer paralelismos entre el cerebro y la informática.
Hasta aproximadamente 1960, muchos psicólogos sobre todo de EEUU, consideraban el funcionamiento de la mente humana como el de una máquina.
Todas estas teorías obviamente presentan serias limitaciones y es por ello por lo que se incluyó otro constructo, la consciencia, para poder comprender cómo y por qué actuamos. Aunque el término conciencia es en cierto modo confuso, existen algunos estudios científicos, concretamente sobre el sueño, en los que se intentaba revelar los distintos estados de consciencia e inconsciencia existentes y que tienen que ver con la mayor o menor actividad cerebral. Colocando unos electrodos que nos permiten detectar la actividad cerebral, en ciertas zonas del cerebro, podemos detectar las diferencias de potencial en función del grado de activación o de consciencia. Cuando el sujeto está totalmente despierto, el cerebro emite unas ondas determinadas y cuando éste entra en el sueño profundo, momento en el que no se sueña y cuando cuerpo y mente están más relajados, las ondas se hacen más grandes y lentas.
Actualmente no hay duda respecto a que todos los procesos mentales (pensamiento, ideas imaginación, recuerdos, memoria, ilusiones o emociones en general), son procesos cerebrales, es decir, son un producto del funcionamiento cerebral. Es cierto sin embargo, que los mecanismos cerebrales que generan estas actividades mentales, todavía están muy lejos de ser comprendidos por completo.

Tipos de pensamiento

La psicología cognitiva ha basado fundamentalmente sus investigaciones en tres aspectos:
el razonamiento deductivo,
el razonamiento inductivo y
- la solución de problemas.

El razonamiento deductivo
El pensamiento deductivo parte de categorías generales para hacer afirmaciones sobre casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento donde se infiere una conclusión a partir de una o varias premisas. El filósofo griego Aristóteles, con el fin de reflejar el pensamiento racional, fue el primero en establecer los principios formales del razonamiento deductivo. Por ejemplo, si se afirma que todos los seres humanos cuentan con una cabeza y dos brazos y que Pepe es un ser humano, debemos concluir que Pepe debe tener una cabeza y dos brazos. Es éste un ejemplo de silogismo, un juicio en el que se exponen dos premisas de las que debe deducirse una conclusión lógica. Pero no todos los ejemplos son tan claros. La lógica convencional, parte de que hay dos valores únicos de verdad en los enunciados lógicos: "verdadero" o "falso", sin embargo algunos lingüistas admiten un tercer valor: "ni verdadero ni falso". Lo que ocurre es que en todo enunciado lógico hay unas presuposiciones, o lo que es lo mismo, se parte de unas suposiciones a priori. Por ejemplo, analicemos las siguientes frases:
a-El actual rey de Francia es calvo.
b-El actual rey de Francia no es calvo.
¿Cuál es verdadera y cuál es falsa?. Estamos presuponiendo ya desde el principio que hay un rey en Francia. Bajo este presupuesto podríamos pensar: si una es verdadera la otra es falsa y viceversa. Sin embargo, ambas frases ni son verdaderas ni falsas, si tenemos en cuenta que no hay tal rey en Francia.
Otro ejemplo podría ser:
a-Luis ha dejado de fumar.
b-Luis no ha dejado de fumar.
En este caso presuponemos que Luis ha fumado alguna vez y bajo este presupuesto podemos cometer el error de considerar una de las dos frases como verdadera.
Otro tipo de error, se ve reflejado por ejemplo, cuando decimos "Luis mide 1,70 metros y es alto". La frase igualmente puede ser verdadera que falsa, dependiendo del contexto. Si a Luis se le compara con un grupo de enanos es verdadera, si se le compara con un grupo de deportistas de baloncesto, es falsa.
Para finalizar, vamos a utilizar como ejemplo la famosa frase del poeta griego del siglo VI a. de C., Epiménides: "Todos los cretenses son mentirosos", siendo él mismo cretense. Fácilmente puede verse que la frase da lugar a una contradicción lógica. La frase no puede ser verdadera porque entonces Epimérides sería mentiroso y por tanto lo que él nos dice sería falso. Por otro lado, la frase tampoco puede ser falsa porque se deduciría entonces que los cretenses son veraces y por tanto Epimérides diría la verdad, y él es cretense. Por tanto este enunciado no puede ser ni verdadero ni falso.
De todo esto concluimos que la lógica, llena de razonamientos aparentemente impecables, tiene algo de arbitrario y que es un formalismo que no necesariamente refleja las leyes del pensamiento, conduciéndonos muchas veces a obvias contradicciones.

El pensamiento inductivo

Por otro lado, el pensamiento inductivo es aquel proceso en el que se razona partiendo de lo particular para llegar a lo general, justo lo contrario que con la deducción. La base de la inducción es la suposición de que si algo es cierto en algunas ocasiones, también lo será en situaciones similares aunque no se hayan observado. Una de las formas más simples de inducción, ocurre cuando con la ayuda de una serie de encuestas, de las que se obtienen las respuestas dadas por una muestra, es decir, por una pequeña parte de la población total, nos permitimos extraer conclusiones acerca de toda una población.
Con bastante frecuencia realizamos en nuestra vida diaria dos tipos de operaciones inductivas, que se denominan predicción y causalidad.
La predicción consiste en tomar decisiones o planear situaciones, basándonos en acontecimientos futuros predecibles, como por ejemplo ocurre cuando nos planteamos: ¿qué probabilidades de trabajo tengo si hago esta carrera? Con las evidencias de que disponemos inducimos una probabilidad, y tomamos una decisión.
Muchos filósofos han puesto de manifiesto la insuficiencia lógica de la inducción como método de razonamiento.
La causalidad, por otro lado, también nos induce a error en muchas ocasiones. La causalidad es la necesidad que tenemos de atribuir causas a los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. Por ejemplo, la atribución causal que hacemos ante un accidente de coche va a depender de quien la realice, enfatizando así una de las causas y minimizando el resto. Si la atribución la hace un meteorólogo es posible que considere que la causa del accidente fue la niebla, si la hace un psicólogo, posiblemente lo atribuya al estrés, si la hace un mecánico sería el mal estado del coche, etc. Lo cierto es que ese día, probablemente hubiera algo de niebla, el conductor estuviera algo estresado y las ruedas del coche seguramente no estarían en perfecto estado. ¿No podría hacerse una atribución multicausal?, Es decir ¿no podría ser que todos los factores, cada uno en cierta medida, hubieran podido influir en que se desencadenase el accidente? Lo cierto es que hay una tendencia en general a darle fuerza a una única causa, minimizando al resto, y eso trae como consecuencia lo que podríamos llamar errores de pensamiento.
Para resumir, podemos concluir diciendo que en el razonamiento deductivo, se parte de lo general para llegar a lo particular, que la conclusión está siempre contenida en las premisas de las que se parte y que además las conclusiones obtenidas corresponden con la lógica, sin embargo, en el razonamiento inductivo, se parte de lo particular para llegar a lo general, se obtienen conclusiones que sólo resultan probables a partir de las premisas y que además las conclusiones extraídas se fundamentan en la estadística.

La solución de problemas

Otro importante aspecto en el que se han basado las investigaciones de la psicología cognitiva es la solución de problemas. Podríamos decir que un problema es un obstáculo que se interpone de una u otra forma ante nosotros, impidiéndonos ver lo que hay detrás. Lo cierto es que no hay consenso entre los psicólogos sobre lo que es exactamente un problema, y por tanto difícilmente puede haberlo en lo que supone una conducta de solución de problemas.
Algunos autores han intentado precisar estos términos. Gagné, por ejemplo, definió la solución de problemas como "una conducta ejercida en situaciones en las que un sujeto debe conseguir una meta, haciendo uso de un principio o regla conceptual". En términos restringidos, se entiende por solución de problemas, cualquier tarea que exija procesos de razonamiento relativamente complejos y no una mera actividad asociativa.
Se considera que habitualmente cualquier persona pasa por tres fases a la hora de solucionar un problema y se las denomina: preparación, producción y enjuiciamiento.
En la fase de preparación es cuando se hace un análisis e interpretación de los datos que tenemos. Muchas veces si el problema es muy complejo se subdivide en problemas más elementales para facilitar la tarea.
En la fase de producción intervienen distintos aspectos entre los que hay que destacar la memoria, que se utiliza para recuperar todos los recursos que estén a nuestro alcance y que nos sirvan para llegar a una solución eventual.
En la última fase de enjuiciamiento, lo que se hace es evaluar la solución generada anteriormente, contrastándola con nuestra experiencia, para finalmente darla como buena o no.
Comprender el lenguaje de la mente es una labor difícil. Es necesario por un lado, conocer toda la fisiología neuronal, cambios bioquímicos, etc., y por otro, es necesario conocer ciertos aspectos psicológicos, entre los que se encuentran, los pensamientos, sentimientos, experiencias, etc.
Otra dificultad a la hora de comprender el lenguaje de la mente, es la cantidad de especialidades distintas que se ven implicadas en el estudio de la mente, tales como la anatomía, fisiología, genética, psicología, psiquiatría, bioquímica, etc., haciendo cada una de ellas interpretaciones de la mente y el cerebro desde ángulos completamente distintos.
Conseguir la integración de todos estos enfoques contribuiría de manera fundamental para resolver tantos misterios sobre la mente humana, que todavía quedan por resolver.


Fecha de publicación: Marzo 2002
Montserrat Conde Pastor
Doctora en Psicología
Departamento de Psicología Básica
Universidad Nacional de Educación a Distancia

¿Qué es y cómo funciona el pensamiento?

efinición de pensamiento
Existe tal cantidad de aspectos relacionados con el pensamiento, que dar una definición resulta difícil. De las muchas definiciones que podrían darse, algunas de ellas lo consideran como una actividad mental no rutinaria que requiere esfuerzo, o como lo que ocurre en la experiencia cuando un organismo se enfrenta a un problema, lo conoce y lo resuelve. Podríamos también definirlo como la capacidad de anticipar las consecuencias de la conducta sin realizarla.
El pensamiento implica una actividad global del sistema cognitivo con intervención de los mecanismos de memoria, atención, procesos de comprensión, aprendizaje, etc. Es una experiencia interna e intrasubjetiva. El pensamiento tiene una serie de características particulares, que lo diferencian de otros procesos, como por ejemplo, que no necesita de la presencia de las cosas para que éstas existan, pero la más importante es su función de resolver problemas y razonar

Funcionamiento de la mente humana
El concepto de mente ha ido cambiando considerablemente a lo largo de la historia. El médico francés La Mettrie fue el primero que concibió la mente como algo completamente material, el cerebro, provisto de una serie de células (neuronas), que interconexionadas entre sí hacían funcionar a esa masa física que es el cerebro. Esta idea dio lugar a principios del siglo XX, a los modelos de procesamiento de la información, que pretendían establecer paralelismos entre el cerebro y la informática.
Hasta aproximadamente 1960, muchos psicólogos sobre todo de EEUU, consideraban el funcionamiento de la mente humana como el de una máquina.
Todas estas teorías obviamente presentan serias limitaciones y es por ello por lo que se incluyó otro constructo, la consciencia, para poder comprender cómo y por qué actuamos. Aunque el término conciencia es en cierto modo confuso, existen algunos estudios científicos, concretamente sobre el sueño, en los que se intentaba revelar los distintos estados de consciencia e inconsciencia existentes y que tienen que ver con la mayor o menor actividad cerebral. Colocando unos electrodos que nos permiten detectar la actividad cerebral, en ciertas zonas del cerebro, podemos detectar las diferencias de potencial en función del grado de activación o de consciencia. Cuando el sujeto está totalmente despierto, el cerebro emite unas ondas determinadas y cuando éste entra en el sueño profundo, momento en el que no se sueña y cuando cuerpo y mente están más relajados, las ondas se hacen más grandes y lentas.
Actualmente no hay duda respecto a que todos los procesos mentales (pensamiento, ideas imaginación, recuerdos, memoria, ilusiones o emociones en general), son procesos cerebrales, es decir, son un producto del funcionamiento cerebral. Es cierto sin embargo, que los mecanismos cerebrales que generan estas actividades mentales, todavía están muy lejos de ser comprendidos por completo.

Tipos de pensamiento
La psicología cognitiva ha basado fundamentalmente sus investigaciones en tres aspectos:
el razonamiento deductivo,
el razonamiento inductivo y
- la solución de problemas.

El razonamiento deductivo
El pensamiento deductivo parte de categorías generales para hacer afirmaciones sobre casos particulares. Va de lo general a lo particular. Es una forma de razonamiento donde se infiere una conclusión a partir de una o varias premisas. El filósofo griego Aristóteles, con el fin de reflejar el pensamiento racional, fue el primero en establecer los principios formales del razonamiento deductivo. Por ejemplo, si se afirma que todos los seres humanos cuentan con una cabeza y dos brazos y que Pepe es un ser humano, debemos concluir que Pepe debe tener una cabeza y dos brazos. Es éste un ejemplo de silogismo, un juicio en el que se exponen dos premisas de las que debe deducirse una conclusión lógica. Pero no todos los ejemplos son tan claros. La lógica convencional, parte de que hay dos valores únicos de verdad en los enunciados lógicos: "verdadero" o "falso", sin embargo algunos lingüistas admiten un tercer valor: "ni verdadero ni falso". Lo que ocurre es que en todo enunciado lógico hay unas presuposiciones, o lo que es lo mismo, se parte de unas suposiciones a priori. Por ejemplo, analicemos las siguientes frases:
a-El actual rey de Francia es calvo.
b-El actual rey de Francia no es calvo.
¿Cuál es verdadera y cuál es falsa?. Estamos presuponiendo ya desde el principio que hay un rey en Francia. Bajo este presupuesto podríamos pensar: si una es verdadera la otra es falsa y viceversa. Sin embargo, ambas frases ni son verdaderas ni falsas, si tenemos en cuenta que no hay tal rey en Francia.
Otro ejemplo podría ser:
a-Luis ha dejado de fumar.
b-Luis no ha dejado de fumar.
En este caso presuponemos que Luis ha fumado alguna vez y bajo este presupuesto podemos cometer el error de considerar una de las dos frases como verdadera.
Otro tipo de error, se ve reflejado por ejemplo, cuando decimos "Luis mide 1,70 metros y es alto". La frase igualmente puede ser verdadera que falsa, dependiendo del contexto. Si a Luis se le compara con un grupo de enanos es verdadera, si se le compara con un grupo de deportistas de baloncesto, es falsa.
Para finalizar, vamos a utilizar como ejemplo la famosa frase del poeta griego del siglo VI a. de C., Epiménides: "Todos los cretenses son mentirosos", siendo él mismo cretense. Fácilmente puede verse que la frase da lugar a una contradicción lógica. La frase no puede ser verdadera porque entonces Epimérides sería mentiroso y por tanto lo que él nos dice sería falso. Por otro lado, la frase tampoco puede ser falsa porque se deduciría entonces que los cretenses son veraces y por tanto Epimérides diría la verdad, y él es cretense. Por tanto este enunciado no puede ser ni verdadero ni falso.
De todo esto concluimos que la lógica, llena de razonamientos aparentemente impecables, tiene algo de arbitrario y que es un formalismo que no necesariamente refleja las leyes del pensamiento, conduciéndonos muchas veces a obvias contradicciones.

El pensamiento inductivo
Por otro lado, el pensamiento inductivo es aquel proceso en el que se razona partiendo de lo particular para llegar a lo general, justo lo contrario que con la deducción. La base de la inducción es la suposición de que si algo es cierto en algunas ocasiones, también lo será en situaciones similares aunque no se hayan observado. Una de las formas más simples de inducción, ocurre cuando con la ayuda de una serie de encuestas, de las que se obtienen las respuestas dadas por una muestra, es decir, por una pequeña parte de la población total, nos permitimos extraer conclusiones acerca de toda una población.
Con bastante frecuencia realizamos en nuestra vida diaria dos tipos de operaciones inductivas, que se denominan predicción y causalidad.
La predicción consiste en tomar decisiones o planear situaciones, basándonos en acontecimientos futuros predecibles, como por ejemplo ocurre cuando nos planteamos: ¿qué probabilidades de trabajo tengo si hago esta carrera? Con las evidencias de que disponemos inducimos una probabilidad, y tomamos una decisión.
Muchos filósofos han puesto de manifiesto la insuficiencia lógica de la inducción como método de razonamiento.
La causalidad, por otro lado, también nos induce a error en muchas ocasiones. La causalidad es la necesidad que tenemos de atribuir causas a los fenómenos que ocurren a nuestro alrededor. Por ejemplo, la atribución causal que hacemos ante un accidente de coche va a depender de quien la realice, enfatizando así una de las causas y minimizando el resto. Si la atribución la hace un meteorólogo es posible que considere que la causa del accidente fue la niebla, si la hace un psicólogo, posiblemente lo atribuya al estrés, si la hace un mecánico sería el mal estado del coche, etc. Lo cierto es que ese día, probablemente hubiera algo de niebla, el conductor estuviera algo estresado y las ruedas del coche seguramente no estarían en perfecto estado. ¿No podría hacerse una atribución multicausal?, Es decir ¿no podría ser que todos los factores, cada uno en cierta medida, hubieran podido influir en que se desencadenase el accidente? Lo cierto es que hay una tendencia en general a darle fuerza a una única causa, minimizando al resto, y eso trae como consecuencia lo que podríamos llamar errores de pensamiento.
Para resumir, podemos concluir diciendo que en el razonamiento deductivo, se parte de lo general para llegar a lo particular, que la conclusión está siempre contenida en las premisas de las que se parte y que además las conclusiones obtenidas corresponden con la lógica, sin embargo, en el razonamiento inductivo, se parte de lo particular para llegar a lo general, se obtienen conclusiones que sólo resultan probables a partir de las premisas y que además las conclusiones extraídas se fundamentan en la estadística.

La solución de problemas
Otro importante aspecto en el que se han basado las investigaciones de la psicología cognitiva es la solución de problemas. Podríamos decir que un problema es un obstáculo que se interpone de una u otra forma ante nosotros, impidiéndonos ver lo que hay detrás. Lo cierto es que no hay consenso entre los psicólogos sobre lo que es exactamente un problema, y por tanto difícilmente puede haberlo en lo que supone una conducta de solución de problemas.
Algunos autores han intentado precisar estos términos. Gagné, por ejemplo, definió la solución de problemas como "una conducta ejercida en situaciones en las que un sujeto debe conseguir una meta, haciendo uso de un principio o regla conceptual". En términos restringidos, se entiende por solución de problemas, cualquier tarea que exija procesos de razonamiento relativamente complejos y no una mera actividad asociativa.
Se considera que habitualmente cualquier persona pasa por tres fases a la hora de solucionar un problema y se las denomina: preparación, producción y enjuiciamiento.
En la fase de preparación es cuando se hace un análisis e interpretación de los datos que tenemos. Muchas veces si el problema es muy complejo se subdivide en problemas más elementales para facilitar la tarea.
En la fase de producción intervienen distintos aspectos entre los que hay que destacar la memoria, que se utiliza para recuperar todos los recursos que estén a nuestro alcance y que nos sirvan para llegar a una solución eventual.
En la última fase de enjuiciamiento, lo que se hace es evaluar la solución generada anteriormente, contrastándola con nuestra experiencia, para finalmente darla como buena o no.
Comprender el lenguaje de la mente es una labor difícil. Es necesario por un lado, conocer toda la fisiología neuronal, cambios bioquímicos, etc., y por otro, es necesario conocer ciertos aspectos psicológicos, entre los que se encuentran, los pensamientos, sentimientos, experiencias, etc.
Otra dificultad a la hora de comprender el lenguaje de la mente, es la cantidad de especialidades distintas que se ven implicadas en el estudio de la mente, tales como la anatomía, fisiología, genética, psicología, psiquiatría, bioquímica, etc., haciendo cada una de ellas interpretaciones de la mente y el cerebro desde ángulos completamente distintos.
Conseguir la integración de todos estos enfoques contribuiría de manera fundamental para resolver tantos misterios sobre la mente humana, que todavía quedan por resolver.


Fecha de publicación: Marzo 2002
Montserrat Conde Pastor
Doctora en Psicología
Departamento de Psicología Básica
Universidad Nacional de Educación a Distancia

El nivel de inteligencia no depende del tamaño del cerebro

El número, la diversidad y el grado de interacción entre las neuronas determinan nuestra capacidad de aprender


Un científico de la Universidad de Búfalo, especializado en el estudio de la interacción entre las diversas regiones del cerebro, propone que la llamada “plasticidad cognitiva” –o capacidad para aprender a mejorar nuestras habilidades cognitivas- dependería no del tamaño de nuestra corteza cerebral, sino de cómo se distribuyen e interactúan en ella los grupos de neuronas (o módulos corticales). Considerando estos elementos, asegura el científico, se podrían explicar las diferencias en la capacidad de aprender entre diversas especies, individuos e, incluso, estadios de desarrollo. Por Yaiza Martínez.



Neuronas. Fuente: Wikimedia Commons.
Neuronas. Fuente: Wikimedia Commons.
Un psicólogo de la Universidad de Búfalo (Estados Unidos), especializado en estudiar cómo interactúan las diversas partes del cerebro, propone una teoría que podría explicar el origen de las diferencias en el grado de inteligencia de las personas. 

Según publica la Association for Phychological Science (aps)estadounidense, el profesor Eduardo Mercado III, de dicha universidad, ha descrito cómo ciertos aspectos de la estructura y de la función cerebrales ayudarían a determinar el grado de facilidad que se tiene para aprender cosas nuevas, y cómo la capacidad de aprender contribuye a las diferencias individuales en el nivel de inteligencia. 

Los resultados de sus investigaciones a este respecto han aparecido en la revista de la aps, Current Directions in Psychological Science, bajo el título “Cognitive Plasticity” (Plasticidad cognitiva). 

El término “plasticidad cognitiva” hace referencia a la capacidad para aprender y mejorar nuestras habilidades cognitivas, como cuando aprendemos a resolver problemas o cuando recordamos cualquier detalle o evento. 

Tal y como explica Mercado en su artículo, esta plasticidad, sin embargo, no es la misma en todos los casos: algunos organismos aprenden a calcular, acumulan conocimientos o se comunican con complejos mecanismos de comunicación, mientras que otros seres no son capaces de nada de esto. 

¿Qué factores determinan las habilidades intelectuales a nivel cerebral?, se pregunta el científico. Mercado propone que la capacidad para adquirir nuevas habilidades cognitivas dependería y se reflejaría en tres características de la corteza cerebral (que es el manto de tejido nervioso que cubre la superficie de los hemisferios cerebrales): la disponibilidad en ella de circuitos corticales especializados; cierta flexibilidad en la coordinación de la actividad cortical; y la posibilidad de adaptación de las redes corticales. 

Según el científico, este marco de elementos podría explicar las diferencias en la capacidad de aprender entre diversas especies, individuos e, incluso, estadios de desarrollo en un mismo individuo. 

Módulos corticales 

Aunque los mecanismos neuronales que determinan la capacidad de cualquier organismo de adquirir o de mejorar sus habilidades cognitivas aún no se conocen bien, se acepta de manera casi general que la corteza del cerebro resulta clave para las aptitudes intelectuales. 

En esta misma línea, Mercado señala que la plasticidad cognitiva se correspondería, concretamente con los llamados módulos corticales. 

Estos módulos han sido definidos por los neuroanatomistas como circuitos corticales compactos formados por columnas verticales de neuronas, que están interconectadas entre sí. Se calcula que, en el ser humano, cada una de estas columnas contiene alrededor de 2.500 neuronas. 

Los módulos corticales pueden ser observados directamente, tanto con técnicas histológicas (estudio de los tejidos) como electrofisiológicas (estudio de los fenómenos eléctricos del organismo), por lo que se sabe que varían estructuralmente a través de las diversas regiones corticales, tanto en el número como en la diversidad de neuronas que contienen. 

Pero Mercado propone identificarlos aún más, porque considera que su conocimiento ayudaría a comprender por qué se dan variaciones en la capacidad de adquirir nuevos conocimientos; por qué hay gente que aprende a mayor velocidad que otra y por qué nuestra capacidad de aprendizaje cambia a medida que envejecemos. 

Diversidad e inteligencia 

Hasta ahora, los estudios que han examinado a diversas especies han demostrado que, en general, una corteza mayor se corresponde con una mayor capacidad intelectual. 

La razón para esta relación aún no está del todo clara, pero Mercado cree que una corteza más expansiva proporcionaría más espacio para que más cantidad y una mayor diversidad de módulos corticales se distribuyan. 

En otras palabras, que en lo que se refiere a potencial intelectual, no sería el tamaño de la corteza cerebral lo que importa, sino de qué manera muchos módulos corticales (con diferentes tipos de neuronas) podrían encontrarse disponibles y listos para actuar e interactuar entre sí. 

Estos rasgos de la organización cortical y de sus funciones determinarían el grado de efectividad del cerebro en el aprendizaje de nuevas habilidades cognitivas. 

Se hereda y se aprende 

Mercado señala, por otro lado, que una de las implicaciones de esta propuesta es que la experiencia puede resultar tan importante como la genética en la determinación de la capacidad intelectual. 

Concretamente, los cambios estructurales de los módulos corticales generados por el desarrollo y las experiencias de aprendizaje podrían contribuir –de la misma forma que lo hacen algunos factores genéticos- a marcar las diferencias entre la inteligencia de un individuo y la de cualquier otro. 

A medida que las redes de neuronas se desarrollan con el tiempo, su diversidad aumenta, con el correspondiente aumento de la plasticidad cognitiva, explica Mercado. 

La comprensión de los mecanismos de los que depende la plasticidad cognitiva resulta fundamental para desarrollar nuevas tecnologías y prácticas educativas que potencien el desarrollo intelectual, frenen el deterioro cognitivo fruto del envejecimiento o ayuden a recuperar la capacidad de aprender habilidades cognitivas en el caso de pacientes con trastornos o disfunciones cerebrales. 

Mercado dirige el Neural and Cognitive Plasticity Laboratory de la Universidad de Búfalo, en el que se trabaja para comprender cómo la experiencia guía la percepción y el pensamiento.

La felicidad depende del tamaño de las regiones subcorticales del cerebro

Una investigación abre nuevas posibilidades al tratamiento de la depresión y la esquizofrenia


La felicidad humana, entendida como la capacidad para disfrutar de los placeres de la vida, depende del tamaño de las regiones subcorticales del cerebro, según ha determinado una investigación que abre nuevas posibilidades a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales, especialmente la depresión y la esquizofrenia. Analizando las reacciones de 29 voluntarios, se determinó que el núcleo caudado, la zona del cerebro que aporta felicidad, es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de anhedonia, el síntoma de la infelicidad. Por Olga Castro-Perea.



La tendencia a la felicidad depende del tamaño de una pequeña estructura alojada en el centro del cerebro, según un estudio realizado por investigadores del Instituto Douglas de Montreal publicado en la revista Molecular Psychiatry. Este descubrimiento abre el camino a una detección más rápida de algunas enfermedades mentales, según los artífices de la investigación. 

La anhedonia, que es la antítesis del bienestar, es un síntoma claro de la depresión aguda y la esquizofrenia. Se origina no por efecto de la depresión, sino por la pérdida de la capacidad de experimentar placer y de disfrutar de emociones positivas. 

El término anhedonia significa ausencia de la vivencia del placer físico. Es la incapacidad para experimentar placer, pérdida de interés o satisfacción en casi todas las actividades. Se considera una falta de reactividad a los estímulos habitualmente placenteros. Constituye uno de los síntomas o indicadores más claros de depresión, aunque puede estar presente en otros trastornos. 

Hasta ahora, los criterios generales para diagnosticar la anhedonia como un trastorno era ver como con insatisfacción respecto a sus capacidades y logros, sus relaciones interpersonales, una persona afronta los acontecimientos de la vida. Con el nuevo descubrimiento es posible un diagnóstico más certero de ciertos tipos de depresión e incluso de detectarla precozmente. 

Vínculo detectado 

Es la primera vez que se establece un vínculo entre la anhedonia y el volumen de una estructura cerebral, el núcleo caudado, pequeña zona oculta bajo el córtex, en el centro del cerebro, que forma parte de un conjunto llamado ganglios basales. 

El núcleo caudado juega un papel de primer orden en la iniciación de los movimientos voluntarios y en el sistema de recompensa que nos permite aprender los comportamientos que nos procuran placer. Esta zona del cerebro que aporta felicidad es más pequeña de lo normal en las personas que presentan un nivel elevado de anhedonia, según este estudio. 

Los 29 voluntarios que participaron en el estudio no habían padecido con anterioridad trastornos mentales. Se utilizaron cuestionarios a fin de determinar y cuantificar cualquier forma de anhedonia. 

Paralelamente, se observaron imágenes de resonancia magnética de la estructura y funcionamiento del cerebro de los voluntarios, realizándose a continuación una comparación entre los grados de anhedonia, el volumen cerebral y la actividad del cerebro. 

Detección precoz de la depresión 

Merced a estos resultados se podrán desarrollar mecanismos de detección precoz de la depresión aguda y de la esquizofrenia, según los autores de esta investigación. Falta por descubrir sin embargo cómo el núcleo calloso interactúa con otras regiones del cerebro, particularmente el cortex prefontal mediano, que participa activamente en la gestión de las emociones. 

Esta región se activa especialmente cuando las personas tienen dificultades para disfrutar de los placeres de la vida, por lo que podría ser un mecanismo cerebral de compensación cuando el núcleo calloso, por las razones que sean, no alcanza el volumen adecuado. 

Tal como explican al respecto los artífices de esta investigación en un comunicado del Instituto Douglas, se han identificado claramente otras regiones en las que un aumento de la actividad cerebral está vinculada al aumento de la anhedonia. 

“Este descubrimiento es parecido al de estudios anteriores que demuestran un vínculo entre la actividad cerebral y la depresión, lo que confirma la validez de nuestro paradigma experimental. Creemos que estas medidas de actividad y del volumen cerebral son marcadores biológicos fiables para la anhedonia y para el diagnóstico precoz de otras enfermedades mentales”, explica Martin Lepage, profesor adjunto del Departamento de Psiquiatría de la Universidad McGill de Canadá. 

El estudio ha identificado con éxito un volumen cerebral subcortical reducido como señal medible del potencial desarrollo de la depresión o la esquizofrenia. La conclusión del estudio es taxativa: regiones subcorticales reducidas engendran una disminución de las habilidades de experimentar placer. 

Depredadora de la felicidad humana 

La depresión, que afecta a 450 millones de personas en todo el mundo, es un estado de abatimiento e infelicidad, que puede ser transitorio o permanente. Es uno de los más importantes depredadores de la felicidad humana. 

Los orígenes de la depresión han sido objeto de numerosas investigaciones, considerándose que la genética puede tener una relación directa con su aparición. Sin embargo, se considera también que hay otros factores que contribuyen a que se desencadene la enfermedad: posiblemente tensiones en la vida, problemas de familia, trabajo o estudio. 

En los últimos años, la investigación científica ha demostrado que algunas enfermedades físicas pueden acarrear problemas mentales. Enfermedades tales como los accidentes cerebro-vasculares, los ataques del corazón, el cáncer, la enfermedad de Parkinson y los trastornos hormonales, pueden llevar a una enfermedad depresiva. 

El estudio canadiense arroja nueva luz sobre estas investigaciones, al relacionar la depresión con el volumen de una zona del cerebro.